El Mirador del Faro de Santa Pola es un lugar que, si visitas la provincia de Alicante, no te puedes perder. Imagina un balcón colgado sobre el mar, desde el que puedes disfrutar de vistas impresionantes del Mediterráneo, la icónica Isla de Tabarca y, si el día está despejado, incluso divisar la costa de Torrevieja. Este mirador tiene un atractivo único gracias a su pasarela flotante, una estructura metálica que sobresale del acantilado y te permite sentirte suspendido en el aire. Además, los atardeceres aquí son un verdadero espectáculo: los colores cálidos del cielo se mezclan con el azul del mar en un juego de luces que enamora a cualquier visitante.
El Faro de Santa Pola
Este mirador se encuentra junto al histórico Faro de Santa Pola, un edificio que lleva en funcionamiento desde 1858. Situado en el cabo del mismo nombre, el faro ha sido una referencia crucial para los marineros durante más de un siglo. Aunque no se puede acceder al interior, su presencia aporta un aire especial al lugar. Alrededor del faro, el entorno está muy bien cuidado, con caminos que permiten pasear tranquilamente y disfrutar del paisaje. Su ubicación, en lo alto de un acantilado de 144 metros, lo convierte en un punto estratégico para admirar la costa alicantina.
Cómo llegar al Mirador del Faro de Santa Pola
Llegar al mirador es bastante sencillo. Si vienes en coche desde Santa Pola, toma la carretera CV-865 en dirección a Elche y sigue las señales hacia el faro. El trayecto dura apenas 10-15 minutos, y encontrarás un aparcamiento gratuito cerca del acceso al mirador. Si prefieres una experiencia más activa, también es posible llegar a pie o en bicicleta desde el centro de Santa Pola. Hay rutas de senderismo que atraviesan la sierra de Santa Pola y conectan con el mirador, regalándote un contacto directo con la naturaleza.